La experiencia es un grado y las termitas selváticas lo tienen muy presente. Cuando la vejez dificulta la consecución de los trabajos cotidianos, lejos de jubilarse y empezar una etapa de tranquilidad, cuidados y vacaciones eternas, las termitas de la especie Neocapritermes taracua, autóctona de la selva de la Guayanafrancesa, emprenden una tarea de defensa de su colonia, por la que están dispuestas a sacrificar su vida para salvar la de las generaciones posteriores.
El sentimiento que deprime a los más mayores de la especie cuando deben de abandonar su trabajo, la sensación de estar de más y no aportar nada a la comunidad, es casi lo opuesto en insectos como estas termitas de la selva, que al envejecer segregan un compuesto químico altamente tóxico capaz de acabar con sus invasores, a costa de su propia existencia.
Se trata de una estrategia de guerra, únicamente desarrollada por las termitas de más edad, dispuestas a inmolarse para defender a la población joven. Y es que mientras los humanos reclutan a jóvenes para luchar, los insectos, de forma natural, optan por sacrificar a quienes ya no son capaces de aportar su trabajo para salvar a los que más rinden.
Un estudiante de doctorado en el laboratorio de Yves Roisin, de la Universidad Libre de Bruselas, ha sido quien ha descubierto y definido el ‘terrorismo suicida’ de las termitas de la Guayana francesa. Otras especies de termitas, hormigas y demás insectos también dan su vida por la de sus descendientes, pero no de una forma tan sofisticada como lo hacen estas habitantes de la selva.
El método las viejas termitas kamikaze consiste en hacer explotar entre sí dos tipos de cristales, hasta entonces almacenados por separado en el exterior de su abdomen, para que reaccionen químicamente y generen un compuesto altamente tóxico y tan pegajoso que se adhiere a los cuerpos de los insectos atacantes corroyéndoles por fuera y por dentro hasta llevarles a la muerte.
Morir para salvar al prójimo cuando ya no se puede contribuir a la supervivencia, es la manera en la que las ancianas termitas de la especie Neocapritermes taracua defienden como férreos soldados a sus jóvenes.
Insectos que nunca dejan de sorprendernos, ni siquiera a los especialistas en extinción de plagas de Rentokil, quienes nunca cesan en su empeño por innovar en la lucha contra las cientos de plagas que son capaces de combatir. Por suerte, la termita de la Guayana francesa solo ataca a los de su tamaño y no ha llegado a los hogares occidentales. Tendremos que estar prevenidos, ahora que ha quedado desvelado su proceder en la guerra.
Fuente de la imagen: BBC
Felicitaciones!! Excelente articulo.
Muchas gracias, David! Un saludo